y sobran lágrimas en la alacena.
Tengo el congelador casi vacío
y la vida casi llena.
Habré de tender la colada
de la ropa blanca y de estos huesos.
Recargar el móvil, el corazón y los pañuelos.
Se me olvidó pagar la contribución
y apagar los deseos.
Pegamento del bueno
para aquel amor que hace unos meses
se me cayó al suelo;
si se le notan las grietas
tendré que buscar uno nuevo.
Me he quedado sin café,
sin tomate frito y sin tiempo.
Pedir a la vecina un poco de cariño;
mañana se lo devuelvo.
He de meter en el congelador
la merluza y los besos.
Ah, que no se me olvide pedir el pan
para el bocadillo del almuerzo,
y para todos
el de cada día, el nuestro.
Se me han acabado las sonrisas
para antes del desayuno.
Pasar por la farmacia.
El imán de la nevera
ya no sujeta mis sueños.
Mañana es jueves: habrá aguacero.
Manolo Benages