y este sol de salitre sueña
que por el suelo de la luna
se deslizan sus deseos.
El camino no es recto,
ni la sombra del árbol,
ni el adiós, ni la llegada,
ni el temblor de los dedos.
El camino es curvo
como ala de gaviota,
como la mirada esquiva,
como la palabra y la nube,
como el beso.
Hoy la duda presentida
nace certeza ceñida
en mi costillar izquierdo.
Hoy les daré a mis manos
metáforas de ceniza
y manzana como alimento.
Hoy se acercará el azabache
a compartir zafio mi lecho.
Y tendré que forzar sonrisas
en el esbozo del recuerdo.
Manolo Benages